Las estadísticas coinciden con las mundiales: 7 de cada 10 victimarios son personas del ámbito familiar, y de éstos el 34 por ciento los padres y el 20 por ciento los padrastros. En cuanto al género, 7 de cada 10 víctimas menores de 18 años son niñas; de ellas, el 51 por ciento son menores de 11 años y la proporción de víctimas femeninas aumenta en la medida que sube la edad a diferencia de lo que ocurre con los niños.

La Línea Nacional contra el Abuso Sexual Infantil, un programa que depende del Ministerio de Justicia de la Nación, recibe siete denuncias por día en los teléfonos gratuitos habilitados para atender esa problemática y la mayoría de esos ataques son perpetrados en el hogar de las víctimas.

Desde su lanzamiento el 19 de noviembre de 2016 hasta el 30 de septiembre último, la Línea Nacional contra el Abuso Sexual Infantil (0800-222-1717) recibió 8.485 llamadas de todo el país, de las cuales el 55 por ciento (4.658) fueron para reportar casos de abuso sexual.

"Los llamados se incrementan cada vez más, lo que demuestra que cuando uno habilita los canales las personas hablan y denuncian. No todos los llamados son de abuso sexual en la infancia (ASI), en algunos se plantea violencia física, psicológica o patrimonial", dijo a Télam Eva Giberti, responsable del programa nacional Las Víctimas contra las Violencias.

El relevamiento arrojó que el 65 por ciento de las víctimas (3.214) son menores de 18 años y reportó que también se contactaron víctimas adultas por ataques ocurridos en su infancia o actuales. "Es interesante cómo al comenzar a hablar sobre el tema muchos adultos se dan cuenta de que fueron abusados cuando eran niños", detalló Giberti.

La funcionaria describió que las estadísticas a las que llegó el Programa sobre los agresores coinciden con las mundiales: 7 de cada 10 victimarios son personas del ámbito familiar, y de éstos el 34 por ciento los padres y el 20 por ciento los padrastros. En cuanto al género, siete de cada 10 víctimas menores de 18 años son niñas; de ellas, el 51 por ciento son menores de 11 años y la proporción de víctimas femeninas aumenta en la medida que sube la edad a diferencia de lo que ocurre con los niños.

La forma más frecuente de agresión es el tocamiento (1.755 casos) seguido por violación (539 casos), aunque el informe advierte que hay situaciones en que una víctima "puede sufrir más de una agresión sexual". Si bien se registran llamados provenientes de todo el país, el reporte señaló que 2.054 denuncias correspondieron a la ciudad de Buenos Aires, seguidos por la provincia de Buenos Aires (1649) y Córdoba (190).

La diferencia de casos entre la jurisdicción porteña y el resto de las provincias puede deberse a que las comisarías tiene la indicación de llamar al Equipo Móvil del Programa que sólo funciona en Capital Federal, indicaron voceros del programa.


"En los últimos años existe una mayor visibilización de este delito que durante muchos años fue silenciado. Yo recuerdo cuando comencé con mi denuncia en soledad, hace 17 años, y hoy vamos por todo el país y vemos un interés creciente", indicó Sebastián Cuattromo, el joven que logró que en 2014 la Justicia condenara a su abusador, un religioso del Colegio Marianista.

Cuattromo junto a Silvia Piceda conformaron la organización Adultxs por los Derechos de la Infancia, desde la cual realizan un intenso trabajo contra el ASI. "Lo que sentimos es que hoy existe una brecha cada vez mayor entre una sociedad que ha comenzado a despertar y una Justicia que sigue sin proteger a la infancia", sostuvo Piceda.

En el mismo sentido, Giberti aseguró que "existe una cantidad innumerable de jueces que no terminan de aprender cómo es el lenguaje o la manera en que un niño o niña expresa un abuso; entonces en primer lugar empiezan por no creerle y en segundo lugar insisten con revincularlos con sus agresores". La psicóloga, especialista desde hace más de 40 años en temas de infancia y género, concluyó que esa resistencia "es un fenómeno del patriarcado" que "antepone el vínculo sanguíneo por sobre el daño que se la ha hecho a ese niño".