"El productor ha privilegiado la venta del resto de los cultivos, prefiriendo retrasar las de soja", señalaron desde la BCR. Entre otros motivos, explicaron que las ventas de la oleaginosa se realizan a menor ritmo para que grano conserve su poder de compra y la expectativa de una reducción en la brecha entre el tipo de cambio que recibe por su cosecha y el que accede para la compra de dólares.

Según datos oficiales, se vendieron 83,2 millones de toneladas, entre trigo, maíz, sorgo, soja, girasol y cebada. Este volumen representa el 64,3% de la producción total, muy cerca del nivel de 2020, cuando se había comercializado el 65%.

La bolsa rosarina explicó los productores han comercializado a la fecha un volumen superior de granos que el registrado a la misma altura del año pasado, más allá de las diferencias que existan al interior de cada producto. “Si bien se observa un volumen absoluto de ventas de soja inferior al registrado, en toneladas, a la misma altura del año pasado, las ventas del resto de los granos más que compensan esta diferencia�, señalaron.

LOS CEREALES MARCAN EL RITMO DE VENTAS

Con relación a la oleaginosa, y sólo considerando el volumen absoluto, al cierre de julio industriales y exportadores pactaron la compra de 21,3 millones de toneladas. Esta cifra representa menor valor absoluto desde la campaña 2003/04, cuando se habían comercializado 20,3 millones para el mismo momento del año.

En cereales, la foto es muy diferente. Se comercializaron 34,5 millones de toneladas, el segundo mayor registro de la historia, incluso a pesar de la merma productiva a causa de la última sequía. En trigo, las 21,2 millones de toneladas negociadas junto con las 2,5 millones de cebada se constituyen en los récords históricos de operación de ambos cultivos En sorgo, el volumen operado alcanzó las 1,2 millones de toneladas.