Javier Milei ha dilapidado popularidad a destajo. Y no construyó poder: corolario de los 6 meses iniciales en los que, además, se distanció del FMI porque no le concedió "fondos nuevos", esquilmó a la banca comercial -supuestos aliados-, y abandonó tanto la promesa de la "dolarización" como la épica de "la Casta".

Hoy día su imagen es casi como la de Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires al que detesta e insulta, y quien también tiene sus problemas, en parte porque no logra quitarse de encima el 'peso muerto' de La Cámpora y Cristina Fernández de Kirchner.

En tanto, la poderosa secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, hace bien en no exponerse a una elección: su imagen es tal como la de Mauricio Macri, quien hoy día no gana ni a la bolita ni al ping pong. No es un dato menor: el posible mejor aliado de Milei en su crisis no goza de gran popularidad.

Son conclusiones luego de leer el muy interesante anticipo de la consultora Zuban Córdoba (el informe completo será difundido la semana próxima).

La contradicción

Aquí algunas reflexiones del director de la consultora, Gustavo Córdoba:
"(...) El gobierno nacional transita uno de sus periodos de mayor complejidad económica donde el rumbo que implementó en diciembre, empieza a mostrar una inestabilidad creciente en materia cambiaria y financiera. Esa inestabilidad, sin embargo, aún no encontró un correlato demasiado profundo en la opinión pública.

En general las principales métricas de gestión del gobierno se mantienen estables desde nuestra última medición. Y es que las expectativas de cambio y mejora aún dividen a la opinión pública.

(...) Algunas luces de advertencia permanecen encendidas: un 66% cree quela pobreza está aumentando al igual que el odio y la intolerancia.

El control del precio del dólar por parte del gobierno preocupa aún más En este estudio medimos las percepciones de la ciudadanía con respecto a la importancia que le asigna a determinadas temáticas y las comparamos con la importancia que les da el gobierno.

Surge una curiosa disparidad. Mientras que la mayor parte de los ítems como salud, justicia social, derechos humanos o incluso la reducción del gasto público tienen en la opinión social una amplia aceptación como cuestiones que deben ser privilegiadas, al medir cual es la importancia que les da el gobierno, la mayoría percibe que la misma es más bien baja Aparece así una grieta interesante con el gobierno nacional.

Aunque sigue contando con cierta estabilidad en su aprobación general, las cuestiones particulares empiezan a fracturarse, ya no solo en lo económico sino también en otras áreas sensibles.
Una nueva coalición

Quizás la sociedad empieza a mostrar cierta impaciencia con respecto al gobierno, especialmente en el frente económico. Impaciencia que se profundiza cuando aparecen semanas como las que estamos transcurriendo, donde la inestabilidad cambiaria y financiera es la única constante.

La confianza en el plan económico se mide en expectativas, pero también en la realidad material de las personas, es decir, no solo en cuanto quieren sino en cuanto pueden esperar a que la situación económica critica mejore.

Es un fenómeno que ya hemos visto en los dos gobiernos anteriores: la inestabilidad es seguida por un rebrote inflacionario, al que le sigue posteriormente un desgaste en la opinión pública. Un semáforo al que el gobierno debería prestarle atención.

Además, inspirados en la última elección en Francia, creemos que el hallazgo más importante de este estudio, es que casi un 50% estaría de acuerdo en votar en las próximas elecciones legislativas una unión de la oposición “a la francesa� para derrotar o ponerle límites al oficialismo. Nada mal para el actual escenario de fragmentación en Argentina.

Fuente: urgente24.com